El Valle de los Reyes: la otra vida
febrero 6, 2019Los faraones egipcios, en la antigüedad, atesoraban bienes preciados en sus tumbas, las pirámides, para garantizarse un buen futuro tras su muerte, en la otra vida. Este juego de mesa nos pone en la piel de unos de esos faraones y mediante un original manejo de cartas (el juego solo consta de cartas) debemos ir almacenado diversos bienes en nuestra tumba para, al final de la partida, ser quien guarda el mejor botín junto a su sarcófago.
CONTENIDO DE LA ENTRADA
FICHA TÉCNICA
- Nº jugadores: 1 a 4
- Edad recomendada: 14+
- Año de publicación: 2016
- Editorial: Devir
- Autor: Tom Cleaver
- Artista: Banu Andaru
- Idioma: castellano
- Independencia del idioma salvo reglamento: No
- Ficha en la BGG
¿CÓMO SE JUEGA?
En este juego sólo manejaremos cartas para hacer todo lo que se permite. Las cartas tienen un coste para ser compradas, pero también tienen un valor en oro, que sirve para utilizarlas como moneda de cambio para comprar otras cartas. Cada carta posee una habilidad, que podrá ser usada según se indique en el texto, siempre que usemos la carta para ese fin en vez de usar su valor de oro para comprar otras cartas.
Las cartas están divididas en tres eras. La primera era son las cartas iniciales (todos los jugadores comienzan con las mismas cartas). La segunda y tercera era, serán cartas que saldrán a lo largo de la partida. Las cartas pueden tener también unos puntos de victoria asociados a ella, válidos en caso de que acaben en nuestra tumba. Otra opción es que pertenezcan a una colección (por ejemplo colección de armas), que en tal caso también darán puntos de victoria si acaban en tu tumba, pero darán tantos puntos como la cantidad de cartas distintas de esa colección al cuadrado.
Una particularidad del juego es que las cartas que van saliendo se colocan en una pirámide con base de tres cartas (la disposición desde la base sería 3, 2, 1). Esas tres cartas serán las que podremos comprar con cartas de nuestra mano y a medida que se retire una carta de la pirámide, se produce un derrumbamiento, que hace que las cartas superiores de la pirámide bajen a niveles inferiores. En caso de pasar un turno sin afectar a la pirámide, se enviaría al osario (pila de descartes de la pirámide que no pertenece a ningún jugador) una carta a elección del jugador activo.
Este aspecto de recolocar cartas en la pirámide a base de derrumbes, es muy interesante, especialmente para intentar entorpecer al oponente, dejando las peores cartas disponibles para su compra.
Cada jugador hará su turno, jugando cartas de su mano, hasta que decida pasar, momento en el que dejara las cartas que le pudieran quedar en la mano en su pila de descarte y robará otra mano de cinco cartas desde su mazo. En el turno, un jugador puede hacer tres tipos de acciones: comprar cartas de la base de la pirámide que se depositarían en la pila de descarte del jugador, usar la habilidad de cartas de su mano o sepultar una carta. Esta última acción consiste en poner una de las cartas de su mano en su tumba y solo se puede hacer una vez por turno (salvo que amplies este número con habilidades de otras cartas).
Es muy interesante el equilibrio que debe intentar mantenerse entre cartas en el mazo del jugador y cartas en la tumba. Hay que pensar que las que van a la tumba dejan de usarse para siempre, pero darán puntos de victoria al final de la partida. Esto que parece tan sencillo, es sumamente difícil, ya que las cartas crean combos muy golosos entre ellas y, por tanto, desprenderse en el momento óptimo de una carta no es nada fácil de planear.
LOS COMPONENTES
Las cartas son de buena calidad. Las ilustraciones encajan muy bien con la temática, así como las citas y los adornos. En general, las cartas se entienden bien y son relativamente sencillas de usar.
El manual está a la altura y explica de forma clara y concisa el funcionamiento del juego.
VALORACIÓN
Este juego nos brinda la posibilidad de jugarlo en solitario, donde, en resumidas cuentas, el reto es intentar hacerlo lo mejor posible. Pero lo más curioso es que permite combinarlo con su juego hermano «El Valle de los Reyes» (sin el subtítulo «La otra vida»), para aumentar el número de jugadores a cifras nada recomendables, o simplemente para variar las cartas que aparecerán en la partida, ya que se explica cómo intercambiar colecciones de cartas entre ambos juegos.
Para acabar, comentar que este juego de caja pequeña es sencillo de jugar, pero difícil de dominar en cuanto a los posibles combos de cartas. Su duración es aproximadamente una hora y pasa volando entre tanto movimiento de cartas.