Concordia
marzo 9, 2020En la Edad Antigua, durante la hegemonía del Imperio romano, infinidad de ciudades comerciaban con sus bienes, tanto por mar como por tierra. Cada cual intentaba expandir sus límites comerciales cada vez más lejos, pues el territorio del imperio era vasto y las diversas riquezas, provenientes de todos los rincones, eran muy cotizadas. Y esto es lo que propone Concordia a los jugadores: encarnar a un importante mercader que intenta extender su negocio de la forma más lucrativa posible.
Ediciones MasQueOca nos lleva trayendo este juego a nuestro idioma desde hace bastantes años. Para la reseña hemos hecho uso de la 5ª edición, la última hasta la fecha. En esencia es igual a cualquier otra edición de Concordia anterior, salvo por un ajuste en el estilo de la portada, donde lo más llamativo es que ha dejado de tener la orientación vertical.
CONTENIDO DE LA ENTRADA
FICHA TÉCNICA
- Nº jugadores: 2 a 5
- Edad recomendada: 13+
- Año de publicación: 2018 (la primera edición en español fue en 2014)
- Editorial: Ediciones MasQueOca
- Autores: Mac Gerdts
- Artistas: Marina Fahrenbach, Mac Gerdts y Dominik Mayer
- Idioma: español y portugués
- Independencia del idioma salvo reglamento: No
- Ficha en la BGG
¿CÓMO SE JUEGA?
PREPARACIÓN Y CONCEPTOS BÁSICOS
Concordia es mucho más sencillo de lo que parece a primera vista, en lo que a reglas se refiere, por lo que vamos a la propia preparación de la partida y comentamos lo que sea necesario sobre la marcha. Empezando por la zona central de juego:
- Desplegar el mapa que se desee en el centro de la mesa.
- Mezclar las fichas de ciudad bocabajo.
- Situar al azar estas fichas sobre el mapa, haciendo que coincidan sus letras.
- Dar la vuelta a las fichas de ciudad para mostrar los tipos de mercancías que producen.
- En el marcador de bonus, sitúa para cada provincia, la mercancía de mayor valor que se produzca en ella (podemos ver el valor de las mercancías en los tableros personales).
- Separa las cartas según el número de su trasera (del I al V).
- Quita del juego todas cartas con valor superior al número de jugadores.
- Baraja los mazos por separado y crea un único mazo donde las cartas con el número I estén en la zona superior y, a medida que se descienda, aparezcan cartas con un número mayor. Sitúa el mazo bocabajo junto al tablero.
- Roba 7 cartas del mazo y sitúalas bocarriba en el área de despliegue de cartas.
- Cada jugador elige un color y sitúa su marcador de puntos de victoria en la posición 0.
- Cada jugador coloca uno de sus colonos terrestres y navales en la posición inicial que indique el mapa. En el juego básico, esta ciudad es Roma.
A parte, cada jugador tendrá su tablero personal, donde guardará sus peones y sus mercancías. Por cada jugador se debe hacer lo siguiente:
- Entrega un tablero personal del color que haya elegido.
- Coloca en el tablero personal:
- 2 colonos terrestres de su color.
- 2 colonos navales de su color.
- 2 unidades de comida.
- 1 unidad de tela.
- 1 unidad de vino.
- 1 unidad de ladrillos.
- 1 unidad de herramientas.
- Entrega 15 casas de su color.
- Entrega las 7 cartas iniciales de su color, que formarán su mano.
Por último sólo queda elegir un jugador inicial al azar. El jugador inicial recibirá 5 sestercios y cada jugador posterior, recibirá 1 sestercio adicional. El último jugador, además recibirá la carta de Praefectus Magnus, que mantendrá en su poder.
Con esto ya estamos preparados para iniciar la partida, pero he de realizar unas indicaciones previas antes de meternos en la propia mecánica del juego. Concordia es un juego que cuenta con múltiples expansiones y mapas, algunos de ellos con normas especiales. En el caso del juego básico nos trae el mapa del Imperio Romano (recomendado de 3 a 5 jugadores) por una cara y el de la Península Itálica, Córcega y Sicilia (recomendado de 2 a 4 jugadores), por la otra. En ambas, la forma de jugar es idéntica.
Para entender como afrontar el juego, debemos darnos cuenta de que en el mapa vemos todas las ciudades conectadas de alguna forma con otras, bien sea mediante rutas terrestres (líneas marrones) y/o marítimas (líneas azules). El segundo aspecto importante es que en nuestro tablero personal, tenemos 12 espacios que ocuparán mercancías o colonos. En cada espacio sólo puede haber un elemento, por lo que podemos prever que el espacio es bastante preciado y limitado. Por tanto, para organizarse de una manera efectiva, gestionar qué mercancías guardar y cuándo, será esencial.
Por último mencionar que todo el juego carbura a base de jugar cartas. Cada una de ellas tendrá una utilidad diferente y saber usarlas de forma óptima, junto con tomar las mejores decisiones, será lo que marque la diferencia.
SECUENCIA DEL JUEGO
En Concordia los turnos se juegan secuencialmente en el sentido de las agujas del reloj. En su turno, un jugador, podrá jugar una de las cartas de su mano, aplicar el efecto y dejarla bocarriba en su pila de descartes personal. Se irán jugando los turnos hasta que se compre la última carta existente en el área de despliegue o cuando algún jugador construya su casa número 15.
Entonces, queda claro que las acciones que puede realizar un jugador depende exclusivamente de la carta que juegue. Las cartas existentes se explican a continuación.
Tribuno
Recupera todas las cartas del descarte personal. Por cada carta recuperada (incluyendo ésta) por encima de 3, se obtiene 1 sestercio.
Además, puedes poner en juego 1 colono terrestre o naval en Roma, previo pago de 1 unidad de comida y de herramientas.
Arquitecto
Conseguimos tantos puntos de movimiento como colonos de cualquier tipo tengamos desplegados en el mapa. Los colonos deberán moverse por sus caminos en función de si son terrestres o navales (no se sitúan en las propias ciudades, salvo en el inicio cuando salen de Roma). El movimiento deberá terminar en algún camino no ocupado por ningún otro colono, pero sí que se puede pasar por un camino ocupado, mientras no se termine en él. Se podrán usar los puntos de movimiento repartiéndolo como deseemos.
Después de realizar todos los movimientos que tuviéramos, pasamos a poder construir casas en las ciudades adyacentes a nuestros colonos, que no tengan ya casas de nuestro color (en Roma no se puede construir). El coste de construir una casa varía en recursos y sestercios según se indica a continuación:
- Si no existe ninguna casa en la ciudad:
- Ciudad productora de ladrillos: 1 comida y 1 sestercio.
- Ciudad productora de comida: 1 ladrillo, 1 comida y 2 sestercios.
- Ciudad productora de herramientas: 1 ladrillo, 1 herramienta y 3 sestercios.
- Ciudad productora de vino: 1 ladrillo, 1 vino y 4 sestercios.
- Ciudad productora de tela: 1 ladrillo, 1 tela y 5 sestercios.
- Si ya existen casas en la ciudad:
- El coste en monedas aumenta: se multiplica el número de casas que habría tras la construcción por el valor base indicado arriba. Por ejemplo, si vas a construir la 3ª casa en una ciudad de tela, el coste en sestercios es 3 * 5 = 15 sestercios.
Prefecto
Cuando se juega el prefecto se puede utilizar de 1 de las siguientes 2 formas:
- Elige una provincia con la ficha de bonificación mostrando la mercancía en el marcador de bonus. Todas las casas de esa provincia producen el recurso que se indique en su ciudad (cada jugador se lleva lo que produzcan sus casas). El jugador activo se lleva la mercancía indicada en la ficha de bonificación. Por último, voltea la ficha de bonificación (dejando a la vista la cara con las monedas).
- El jugador activo obtiene tantos sestercios como monedas se muestren en total en el marcador de bonus. Cuantas más fichas de bonificación mostrando la cara de las monedas haya, más sestercios se llevará. Tras esto, voltea las fichas de bonificación, haciendo que todas muestren la cara de los recursos.
Colono
Cuando se juega el colono se puede utilizar de 1 de las siguientes 2 formas:
- Permite colocar nuevos colonos de cualquier tipo. Por cada nuevo colono deberá pagarse el coste de 1 comida y 1 herramienta. Estos nuevos colonos podrán situarse en Roma o en cualquier ciudad que tenga una casa del jugador.
- Recibir 5 sestercios más 1 sestercio adicional por cada colono desplegado en el tablero.
Mercader
El jugador, en primer lugar obtiene 3 o 5 sestercios según se indique en la carta.
Tras esto, el jugador puede comprar o vender cualquier cantidad de mercancías, pero sólo de 2 tipos de mercancías (o comprar de 1 tipo y vender de otro tipo) como máximo. Hay que tener en cuenta que a la hora de comprar, el límite lo marca lo que puedas pagar en sestercios y el espacio para poder almacenarlos en el tablero personal. El precio de las distintas mercancías, para vender y para comprar, es lo que se indica en la parte superior del tablero personal.
Diplomático
Realiza la acción correspondiente a la última carta jugada por cualquier jugador (la que se ve en los descartes de los jugadores). Se actuará como si el jugador activo estuviese jugando esa carta. La única excepción es que no se puede copiar la carta de Tribuno ni de Diplomático.
Senador
Te permite comprar hasta 2 cartas de las desplegadas en el tablero central. Las cartas compradas pasarán a formar parte de la mano. El coste de compra lo indica la posición donde se encuentra y el recurso sobre fondo rojo impreso en la propia carta. En caso de mostrarse un símbolo de interrogación, significa que se puede pagar ese coste con cualquier mercancía.
Tras haber comprado las cartas, se desplazarán las restantes hacia la izquierda para tapar los huecos generados y se robarán del mazo nuevas cartas para cubrir los espacios más a la derecha.
Cónsul
Permite comprar 1 única carta del tablero, pero sin tener que pagar el coste impreso en su posición, sino simplemente pagando el recurso que indica la carta sobre el fondo rojo. La carta comprada pasará a formar parte de la mano.
Tras haber comprado la carta, se desplazarán las restantes hacia la izquierda para tapar el hueco generado y se robará del mazo una nueva carta para cubrir el espacio más a la derecha.
Especialistas
Hay cartas de Especialista diferentes por cada mercancía del juego. El jugador que usa esta carta, obtiene tantas unidades de la mercancía indicada como casas tenga en ciudades donde se produzcan esa misma mercancía.
REGLAS ADICIONALES
Carta de Praefectus Magnus
Cuando el jugador en posesión de esta carta realice la acción del Prefecto (incluso si la hace mediante un Diplomático) y decida seleccionar una provincia para obtener mercancías, en vez de obtener 1 mercancía por elegir cierta ficha de bonificación, obtendrá 2. La producción de recursos en las casas no varía. Tras hacer la acción, deberá entregar la carta de Praefectus Magnus al jugador a su derecha.
En caso de que hubiese decidido obtener las monedas (la otra opción de la carta del Prefecto), el Praefectus Magnus no influiría en la acción y no deberá pasarse a otro jugador.
Aclaraciones sobre la gestión en el tablero personal
El tablero personal muestra algo similar a un almacén, con 12 espacios. Esos espacios se rellenan con 1 unidad de mercancía o con colonos. Inicialmente hay 4 colonos en el tablero personal, por lo que para mercancías sólo se dispondrá de 8 espacios. A medida que esos colonos lleguen al tablero central, la cantidad de espacios en el almacén para albergar mercancías aumentarán.
Siempre que se consigan mercancías, éstas deberán acomodarse en el almacén del tablero personal. Si no hay suficiente espacio para todas, deberá guardarse las que se puedan, a elección del propio jugador, pero siempre conservando el máximo posible (no se pueden dejar espacios vacíos adrede). Tampoco es posible deshacerse de mercancías del almacén libremente, ni se pueden intercambiar con otros jugadores.
Recordemos que las casas y las monedas no ocupan lugar en el almacén. Las mercancías y las monedas son elementos ilimitados, a diferencia de los colonos, que sólo hay 3 de cada tipo para cada jugador.
FINAL DE PARTIDA
El final de la partida surge cuando se compra la última carta desplegada sobre el tablero central o cuando algún jugador construye 15 casas. El jugador que desencadena el final obtendrá la carta de Concordia, que otorga 7 puntos de victoria.
Cada jugador tendrá derecho a jugar su último turno y tras él, se hará el recuento final de puntos de victoria. El ganador será el que tenga más cantidad de puntos y en caso de empate el que tenga la carta de Praefectus Magnus o el que la fuera a recibir antes si ninguno de los empatados la tuviese.
Puntuación final
Las cartas poseen en la parte de abajo una referencia a un dios romano. Igualmente en le tablero central, hay una pequeña tabla que indica la cantidad de cartas que hay referenciadas a cada dios en función del número de jugadores. Ahora deberemos contabilizar los puntos que otorgan estas cartas de la siguiente manera por cada carta de cada jugador:
- Vesta: Suma los sestercios y el valor de las mercancías del tablero personal. Por cada 10 sestercios, se recibe 1 punto de victoria.
- Júpiter: 1 punto de victoria por cada ciudad no productora de ladrillo con casa del jugador.
- Saturno: 1 punto por cada provincia en la que haya al menos una casa del jugador.
- Mercurio: 2 puntos de victoria por cada tipo de mercancía que produzca el jugador con sus casas.
- Marte: 2 puntos de victoria por cada colono del jugador sobre el tablero central.
- Minerva: Por cada ciudad del tipo de mercancía que indique la carta de Especialista en la que tenga el jugador una casa, gana los puntos de victoria que en la propia carta se informa.
Puntuación intermedia para principiantes
En el manual se recomienda hacer una puntuación intermedia si se es novato en Concordia. Esta puntuación intermedia ocurre la primera vez que algún jugador juegue una carta de Tribuno.
Se hará un recuento tal y como se ha explicado en «Puntuación final». El jugador que haya conseguido más puntos de victoria recibiría 2 sestercios y el siguiente 1. Tras este recuento, se debería volver a poner los marcadores de puntos de victoria a 0 y continuar jugando con normalidad.
De todas formas, si es posible, es mejor no utilizar esta regla de adaptación y usar exclusivamente la versión normal, ya que corta el juego y alarga innecesariamente la partida.
LOS COMPONENTES
Concordia se presenta en una caja de formato poco habitual, muy alargada (40 * 28 * 5 cm). En su interior nos encontramos un mapa de 4 alas a doble cara. También están los 5 tableros personales y un montón de fichas de cartón para las monedas, losetas de ciudades y fichas de bonificación. La calidad no es sorprendente, pero sí suficiente como para asegurar que es un producto correcto.
Las cartas tampoco tienen un grosor o característica especial. De hecho su arte es bastante limitado, ya que casi todo es texto, salvo algunos iconos. Quizás los elementos más llamativos sean las piezas de madera: los colonos terrestres, los navales, las casas y todas las mercancías. Estos elementos tienen formas específicas y colores llamativos, lo que hace que resalten ante todo lo demás.
En general el juego es muy parco artísticamente hablando. Si lo ves en mesa desplegado no llama la atención, ya que no hay ilustraciones que impacten o figuras que atraigan miradas. Sólo se verá un mapa y piezas de cartón y madera desperdigadas sobre él. De todas formas, no hace falta más. El juego es muy funcional y claro de ver, cosa que se agradece para quien está metido en la partida. La persona que ande detrás de Concordia, que sea por la experiencia de juego que ofrece, no por su belleza.
Respecto al manual, avisar que es muy corto y está perfectamente explicado. Además del manual, en una hoja independiente viene la parte relativa a la preparación de la partida. Pero esto no es todo, ya que se añaden unas hojas de explicación temática relativa a la ambientación del juego. No entiendo la decisión de trocear todo esto. Por mi parte, hubiese preferido que todo estuviese junto en un único manual.
VALORACIÓN
Concordia es un juego de gestión fabuloso. Deberás controlar cómo expandirte y tener en mente los sestercios y mercancías que necesitarás para conseguirlo. Además, tampoco podrás quitar la vista de encima a los oponentes, ya que pese a no existir interacción directa, es posible obstaculizar. Por ejemplo, puedes intentar dificultar el acceso a ciertas ciudades o encarecerle las construcciones, edificando antes que él.
Por otra parte, la gestión del almacén en el tablero personal es sencilla y eficaz. Al principio puede parecer que sobren los espacios de almacenamiento, pero a medida que se quiere crecer más y más, notamos la necesidad de sacar los colonos para meter mercancías en su lugar.
Otro aspecto muy bueno de Concordia es la rejugabilidad que tiene. Cada partida será diferente, ya que lo único fijo es el propio mapa y las cartas y recursos con los que empiezas, pero el desarrollo variará sin duda, ya que las posibilidades son abrumadoras y nunca se jugará de la misma forma. Siempre habrá que ir adaptándose al transcurso del juego y a las acciones de los oponentes.
Pero es que hay más. En Concordia contamos con 2 mapas en el tablero central, ya que es a doble cara. En función del mapa, se recomienda jugar a cierto número de jugadores, pero esta cifra se solapa, pudiendo disfrutar las partidas de 3 o 4 jugadores en cualquiera de las caras y las sensaciones serán muy diferentes.
Además, aunque me centro en el juego básico, querría mencionar que Concordia cuenta con múltiples expansiones, que agregan más mapas e incluso reglas especiales que hacen que cambie mucho la forma de afrontar las partidas. No me adentraré en explicar las expansiones, ya habrá tiempo para ello más delante, pero sí que puedo adelantar que guardar los mapas suponen un auténtico problema, ya que en la caja del juego básico no entran adecuadamente y debido a la escasa altura de la caja, llegará el momento en el que no cierre.
Otro aspecto que agradecer a Concordia es que es realmente sencillo de jugar. Apenas hay un par de normas, ya que la profundidad del juego radica en las cartas, en la propia gestión de los recursos y la expansión sobre el mapa. No es difícil saber cómo hacer las cosas, lo difícil es saber hacerlas mejor que los oponentes. Por esto, es fácil de presentarlo en la mesa con casi cualquier jugador, sólo con que esté algo familiarizado con los juegos de mesa modernos.
Con tantos aspectos positivos en el juego, es inevitable recomendarlo. Concordia no es ninguna novedad, lleva sus años en el mercado y reeditándose. Debemos pensar que por algo será. Así que si te gusta los juegos de gestión, creo que éste es un imprescindible, una auténtica joya.
- Fácil de jugar y muy elegante en mecánica, ya que con unas pocas normas se ha creado un gran juego.
- Pese a su sencillez, tiene mucha profundidad, lo que hace que te metas en la partida.
- Existen mapas orientados según el número de jugadores, que no sólo aumenta la rejugabilidad, sino que adapta mejor la experiencia de juego a la configuración de la mesa.
- El arte no es de lo más atrayente.